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Esa estrategia implica algunos riesgos. Primero, si se enferma mientras está cubierto por un plan de corto plazo, es posible que no cubra los beneficios de la atención que necesita. Por ejemplo, muchas pólizas a corto plazo no cubren, o solo brindan cobertura limitada, para medicamentos recetados.
En segundo lugar, si se enferma mientras está cubierto por un plan de corto plazo, la aseguradora puede mirar hacia atrás para ver si su condición podría considerarse “preexistente”. Por ejemplo, si le diagnostican cáncer, la aseguradora podría decidir que el cáncer estaba desarrollándose antes de comprar la póliza, aunque no lo supiera, y así excluir la cobertura de la condición preexistente.
En tercer lugar, si se enferma gravemente o se lesiona mientras está cubierto por una póliza de corto plazo, es muy probable que la aseguradora se niegue a venderle una nueva cobertura una vez que finalice el plazo de su póliza. En ese momento, es posible que pueda comprar una póliza integral a través del mercado que no lo rechazará, pero solo se ofrecen durante los períodos anuales de inscripción abierta, y la nueva cobertura no comenzará hasta el 1 de enero. Eso significa que podría estar sin seguro por muchas semanas o meses antes que comience la nueva cobertura del mercado. La pérdida de cobertura bajo un plan de corto plazo no lo hará elegible para un período especial de inscripción, a través del cual podría comprar cobertura del mercado a mediados del año.